Durante muchos años el término cafetalero estaba asociado a las familias más ricas del país, que dominaban el escenario económico-político y no es para menos ya que por muchos años fue la principal fuente de divisas para El Salvador. Para referencia en 1978 y 1979 se vivió una especie de época dorada de la caficultura, cuando se generaron ingresos por 689 y 810 millones de dólares respectivamente.
Hoy en día el panorama es distinto; el caficultor enfrenta una realidad sombría y difícil.
¿A qué se enfrenta el cafetalero de El Salvador?
Plagas.
Según El Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y Modernización de la Caficultura (PROMECAFE) El Salvador ha sido el país productor que mas ha sido afectado por la roya, afectando el 75% del parque cafetalero hasta el punto de llegar a la cosecha más baja en la historia de El Salvador (600,000 quintales para 2016/2017 comparado con 2,500,000 que se producían a final fe los 70’s).
Las pérdidas económicas son casi incalculables, miles de empleos directos e indirectos con su consecuente impacto negativo en la economía nacional; inversiones en fertilizantes y demás insumos necesarios tirados por la borda, lo que ha hecho que muchos hayan llegado a una situación de quiebra, sin poder honrar sus créditos de avío y otros relacionados con la producción, hasta llegar al colapso.
Cambio Climático
La inestabilidad en los ciclos climáticos, marcados ahora por el calentamiento global, han generado pérdidas adicionales en las cosechas; las plantas botan los granos verdes y los que quedan en el cafeto no alcanzan a absorber los nutrientes necesarios para generar un fruto sano y apto para generar un alto grado de calidad en la taza.
Irónicamente, a pesar de que el bosque cafetalero ha alimentado por muchos años los mantos acuíferos de el país, limpiado el oxígeno y generado una enorme cantidad de empleos en el sector rural; el gobierno tiene muy poco o nulo interés por brindar apoyo a los caficultores. La renovación del parque cafetalero y las medidas preventivas para evitar las plagas, tienen que correr por cuenta de ellos mismos y además sin ninguna posibilidad de financiamiento externo, debido a que ni las mismas fincas pueden garantizar el pago de los créditos.
Inseguridad, violencia y pandillas
La inseguridad es otro factor de gran peso para impedir el resurgimiento del sector. Por muchos años el cafetalero ha tenido que enfrentar el robo de café en sus fincas, al transportarlo al Beneficio, asaltos directos a las planillas de pago de la corta y recolección, etc. Los últimos años se ha añadido el fenómeno de pagos de “renta” a grupos criminales que controlan territorios y que amenazan con quitar la vida a trabajadores y propietarios de las fincas, teniendo que llegar éste a ser parte de los costos de producción que hay que añadir a la ya creciente lista de los mismos.
Precios internacionales
En 2012 que alcanzó un precio promedio de los $225.9 por quintal exportado, hasta nuestros días con un promedio actual de $150, apenas se cubren los costos de producción y en algunos casos no llegan a cubrirse.
Conclusión
Si hacemos un simple análisis de los costos de producción para una finca de café:
Rendimiento favorable de 20qq por manzana a $150 por quintal = Ingresos de 3,000 anuales por producción por manzana cultivada.
Costos de beneficiado y producción ~ $70 por quintal : Costo de produccion de 1,400
De esto el productor debería sacar imprevistos, pagos de deudas, su seguridad alimentaria anual hasta la siguiente cosecha, sin embargo con los fenómenos descritos el rendimiento actual mas bien ronda los 7qq por manzana.
Ingresos por manzana con 7qq a $150 por quintal = Ingresos de 1,050 con este nuevo nivel de ingresos es virtualmente imposible.
Estaremos conscientes además que aquellas personas que lo llevan a cabo hoy día, posiblemente lo hacen por honrar el legado que les dejaron sus padres o más aún, para no fallarles a las miles de familias que dependen totalmente de los ingresos que les genera año con año el trabajo en el campo.
Por todo lo anterior, este día de la Caficultura es una fecha apropiada para reflexionar. Todos los salvadoreños podemos contribuir a reactivar a este importante sector no solo de la economía de nuestro país, sino también de nuestra herencia cultural y ambiental. ¿Cómo podemos hacerlo?
Sencillamente con la preferencia ,incentivando a los productores nacionales consumiendo lo mejor de nuestra propia cosecha, si vienen compradores de Australia, Taiwan, EEUU, Alemania, y tantos países, que valoran nuestro cafe, porque no hacerlo nosotros mismos?.
Tenemos todo para volver a las épocas doradas del grano de oro nacional y solo se puede lograr uniendo el sector y educando a todos los salvadoreños.